Lo Que Creemos
Destino existe para ayudar a cumplir la Gran Comisión a través de levantar una generación de líderes de la comunidad Hispana y Latina para impactar sus universidades, comunidades, y el mundo para Jesucristo.
La única base de nuestras creencias es la Biblia, la Palabra infalible escrita de Dios, los 66 libros del Antiguo y Nuevo Testamento. Creemos que fue inspirada por el Espíritu Santo de manera única, verbal, y completa, y que fue escrita sin error en los manuscritos originales. Es la autoridad final y suprema en todos los asuntos a los que se refiere.
En Destino, un ministerio de Cru, aceptamos aquellas áreas de enseñanza doctrinal en las cuales, históricamente, ha habido un consenso general entre todos los cristianos verdaderos. Debido al llamado especializado de nuestro movimiento, deseamos permitir la libertad de convicción en otros asuntos doctrinales, provisto que cualquier interpretación está basada solamente en la Biblia, y que tal interpretación no llegue a ser un obstáculo para el ministerio para el cual Dios nos ha llamado.
Afirmamos nuestra creencia en las enseñanzas básicas de la Biblia.
¿Quién es Dios?
- Hay un Dios verdadero, existiendo eternamente en tres personas – Padre, Hijo, y Espíritu Santo – cada uno de los cuales posee igualmente los atributos de la Deidad y las características de la personalidad.
- Jesucristo es Dios, la Palabra viviente, quien se hizo carne a través de Su concepción milagrosa por el Espíritu Santo y Su nacimiento virginal. Por lo tanto, Él es Deidad perfecta y verdadera humanidad unidas en una persona para siempre.
- Él vivió una vida sin pecado y voluntariamente hizo expiación por el pecado de la humanidad al morir en la cruz como sustituto, satisfaciendo así la justicia divina y logrando la salvación para todos aquellos que confían en Él solamente.
- Él se levantó de los muertos en el mismo cuerpo, aunque glorificado, en el cual había vivido y muerto.
- Él ascendió corporalmente al cielo y se sentó a la diestra de Dios Padre, donde Él, el único mediador entre Dios y el hombre, intercede continuamente por los suyos.
¿Quiénes somos nosotros?
- La humanidad fue creada originalmente a la imagen de Dios. Hemos pecado al desobedecer a Dios; por lo tanto, quedamos separados de nuestro Creador. Esa caída histórica trajo a toda la humanidad bajo la condenación divina.
- Todo de nuestra naturaleza humana – hasta lo mejor de nosotros – está corrompido, y por lo tanto somos totalmente incapaces de agradar a Dios. Cada persona necesita la regeneración y renovación por el Espíritu Santo.
¿Qué significa ser salvado?
- La salvación de los seres humanos es completamente una obra de la gracia de Dios y no es resultado, total o parcial, de las obras humanas o la bondad o ceremonias religiosas. Dios imputa su justicia a aquellos/as que ponen su fe solamente en Cristo para su salvación, y de este modo los/as justifica delante de Él.
- Es el privilegio de todos/as los que han nacido de nuevo del Espíritu tener la seguridad de su salvación desde el mismo momento en que confían en Cristo como su Salvador. Esta seguridad no está basada en cualquier tipo de mérito humano, sino que es producida por el testimonio del Espíritu Santo, quien confirma en el/la creyente el testimonio de Dios en Su palabra escrita.
¿Qué significa caminar con Dios?
- El Espíritu Santo vino al mundo para revelar y glorificar a Cristo y para aplicar la obra salvadora de Cristo a las personas. Él convence y lleva a los pecadores/as a Cristo, les imparte nueva vida, los habita continuamente desde el nacimiento espiritual y los sella hasta el día de la redención. Su llenura, poder y control son apropiados en la vida del creyente por fe.
- Cada creyente está llamado a vivir en el poder del Espíritu Santo que mora en él/ella de tal manera que no satisfaga los deseos de la carne sino que lleve fruto para la gloria de Dios.
- Jesucristo es la Cabeza de la Iglesia, Su Cuerpo, el cual está compuesto de todos los hombres y mujeres, vivos y muertos, quienes han sido unidos a Él mediante la fe salvadora.
- Dios amonesta a Su pueblo para reunirse regularmente para adoración, para participación en las ordenanzas, para edificación a través de las Escrituras y para alentarse mutuamente.
¿Qué sucede después de la muerte?
- Al morir físicamente el/la creyente entra inmediatamente en compañía eterna y consciente con el Señor y espera la resurrección de su cuerpo para gloria y bendición eterna.
- Al morir físicamente el/la no creyente entra inmediatamente en una separación eterna y consciente del Señor y espera la resurrección de su cuerpo para juicio y condenación eternos.
- Jesucristo volverá a la tierra – personalmente, visiblemente y corporal – para consumar la historia y el plan eterno de Dios.
¿De qué se trata nuestra vida?
- El Señor Jesucristo ordenó a todos los creyentes a proclamar el evangelio en todo el mundo y a discipular personas de todas las naciones.
- Él anhela que todas las ambiciones mundanas y personales sean subordinadas a un compromiso total a “Aquel que nos amó y se entregó a Sí mismo por nosotros.”